¿A quién defiendes?
Cuando el maestro la llamó para que pasara al frente y analizara una frase en la pizarra, Kathleen se aterrorizó. Como había cambiado de escuela hacía poco, no había aprendido esa lección de gramática. La clase se rio de ella.
Una mano abierta
En 1891, Biddy Mason fue enterrada en una tumba anónima. Aunque era lo habitual para una mujer nacida en la esclavitud, en su caso, tendría que haber sido diferente. Tras conseguir su libertad en una batalla judicial en 1856, combinó su talento como enfermera con sabias decisiones empresariales y reunió una pequeña fortuna. Luego, ante la situación de inmigrantes y prisioneros, comenzó a ayudarlos tanto que formaban fila frente a su casa para recibir ayuda. En 1872, junto con su yerno, comenzaron una iglesia para afroamericanos en Los Ángeles, Estados Unidos.
Nuestra tarea principal
Cuando una erudita británica convocó a las religiones del mundo a trabajar juntas para alcanzar la unidad en nuestro planeta, personas de todas partes lo celebraron. Señalando que las religiones más importantes compartían la Regla de oro, sugirió: «La tarea principal de nuestra época es construir una sociedad global donde personas de todas las creencias puedan vivir juntas en paz y armonía».
Dejar helado
Desesperada, una mujer llamó al centro de asistencia al hogar, donde yo trabajaba. Un problema con la calefacción había convertido la casa que alquilaba en un congelador con muebles. Me preguntó aterrorizada qué hacer para proteger a sus hijos. Sin pensar, repetí automáticamente la respuesta establecida: «Múdense a un hotel y envíele la cuenta al dueño de la casa». Enojada, colgó el teléfono.
Sinceridad pasmosa
Cuando el pastor le pidió a uno de los ancianos que guiara a la congregación en oración, el hombre dejó a todos pasmados al contestar: «Lo siento, pastor, pero estuve discutiendo con mi esposa camino a la iglesia y no estoy en condiciones de orar». Los segundos siguientes fueron incómodos. El pastor oró y la reunión continuó. Más tarde, el pastor se prometió no volver a pedirle a alguien que orara en público sin primero consultarle en privado.
Abba, Padre
Una graciosa tarjeta del día del padre mostraba a un papá que empujaba una cortadora de césped con una mano, mientras que, con la otra, remolcaba un carrito donde iba sentada su hijita, encantada con el ruidoso paseo por el patio. Quizá no haya sido la opción más segura, pero ¿quién dijo que los hombres no pueden hacer más de una cosa a la vez?
No es tan simple
Según el Antiguo Testamento, la vida parece fácil: obedeces a Dios y recibes bendiciones; lo desobedeces y aparecerán problemas. Es una teología gratificante, pero ¿es así de simple?
Solo se muere una vez
Nacida en la esclavitud y maltratada de niña, Harriet Tubman (aprox. 1822-1913) encontró un rayo de esperanza en las historias bíblicas que le narraba su madre. El relato de la liberación de la esclavitud en Egipto le mostró un Dios que deseaba que su pueblo fuera libre.
Pimientos picantes
«Mi madre nos daba pimientos picantes antes de acostarnos —dijo Samuel, recordando su niñez difícil en África—. Luego, bebíamos agua para refrescarnos la boca y sentirnos satisfechos». Pero agregó: «No funcionaba».
De las ruinas
En el barrio judío de Jerusalén, se encuentra la sinagoga Tiferet Yisrael. Se construyó en el siglo xix, pero fue dinamitada por comandos durante la guerra árabe-israelí en 1948.